CONDUCTA
La
conducta es el conjunto de actos, comportamientos, exteriores de un ser humano
y que por esta característica exterior resultan visibles y plausibles de ser
observados por otros. Las actitudes corporales, los gestos, la acción y el
lenguaje son las cuatro formas de conducta que ostentan los seres humanos.
Básicamente la conducta es la herramienta
de reacción que tenemos todos ante las distintas circunstancias de la
vida a las cuales nos vamos enfrentando.
AGRESIVIDAD
El
término agresividad hace referencia a un conjunto de patrones de actividad que
pueden manifestarse con intensidad variable, incluyendo desde la pelea física
hasta los gestos o expansiones verbales que aparecen en el curso de cualquier
negociación.
En
la persona concreta puede manifestarse en cada uno de los niveles que integran
al individuo: puramente físico, emocional, cognitivo y social. Su carácter es
polimorfo.
Implica
provocación y ataque. Como adjetivo, y
en sentido vulgar, hace referencia a quien es “propenso a faltar al respeto, a
ofender o a provocar a los demás”.
La
agresividad presenta elementos de ataque y retirada. Por ello se implica con
otras conductas de autoprotección. Amenaza, ataque, sumisión y/o huída, se
presentan muy asociadas en la naturaleza.
DESOBEDIENCIA
A
veces, se observan conflictos frecuentes
y son un patrón en la forma de interactuar padres e hijos. La desobediencia
puede ser debida a una variedad de causas. En ocasiones, es debida a que los
padres esperan una respuesta irracional por parte de sus hijos. O puede estar
relacionada a un trastorno del temperamento del niño, o a problemas escolares,
estrés familiar, o conflictos entre sus padres.
En
algunas ocasiones, estos niños han demostrado a lo largo de su crecimiento, un
patrón persistente de desobediencia, comenzando en sus primeros años. Ellos
resisten la autoridad de los padres, desobedeciéndolos.
IMPACIENCIA
Intranquilidad
producida por algo que molesta o que no acaba de llegar. En el paso de los
menores es usual observar cierta impaciencia cuando no pueden lograr los que se
proponen en primera instancia.
ANSIEDAD
El
trastorno de ansiedad generalizada es una de las tres enfermedades psiquiátricas
más comunes en los niños y adolescentes. Su tasa de prevalencia en estas edades
se encuentra entre el 4,6 y 7,3%, según la edad.
La
importancia de este descubrimiento se incrementa si se tiene en cuenta que, tal
y como indica el estudio, estos tres trastornos de ansiedad, que pueden
manifestarse conjuntamente, provocan una fuerte angustia, reducen
sustancialmente su calidad de vida, e interfieren en su proceso de aprendizaje
y de desarrollo social.
Por
otra parte, una infancia con trastornos de ansiedad puede significar una vida
adulta con trastornos psiquiátricos. Y estas alteraciones también suelen ir
asociadas a más altos niveles de dependencia del alcohol y del tabaco, así como
del abuso de sustancias.