PROBLEMAS DE CONDUCTA

CONDUCTA
 La conducta es el conjunto de actos, comportamientos, exteriores de un ser humano y que por esta característica exterior resultan visibles y plausibles de ser observados por otros. Caminar, hablar, manejar, correr, gesticular, limpiar, relacionarse con los demás, es lo que se denomina conducta evidente por ser externamente observables. Las actitudes corporales, los gestos, la acción y el lenguaje son las cuatro formas de conducta que ostentan los seres humanos. Básicamente la conducta es la herramienta  de reacción que tenemos todos ante las distintas circunstancias de la vida a las cuales nos vamos enfrentando.
En tanto, para entender, comprender la conducta de una persona será necesario tener en cuenta otros factores:
  • Hechos que la provocaron
  • El contexto en el cual se dio y las condiciones particulares de la persona de la cual procede, como ser aptitudes, temperamento, carácter, experiencia previa, entre otros y dentro de este último podemos ubicar a la socialización que es la influencia de la familia, de los amigos y la sociedad en su conjunto, los cuales también ocupan un lugar trascental en la determinación de esta.
Entonces, de esto se desprende que una conducta no es universal entre los distintos sujetos ya que al poseer todos un background distinto, tenderemos a actuar de manera distinta aún ante un mismo estímulo.
La psicología es la disciplina que se ocupa del estudio y análisis de las conductas de los humanos a través de la observación de sus comportamientos.
Esta denominación es utilizada en relación a niños con comportamientos no habituales o maneras de comportamientos no esperadas por los adultos. Aquí cabe destacar esta distinción, porque el comportamiento de un sujeto puede ser leído desde diferentes ópticas. Así un niño podrá comportarse bien o mal dependiendo desde donde se evalúe. Puede afirmarse que los niños suelen decir mucho más de lo que aparentemente dicen con sus aptitudes, además las maneras de comportarse suelen depender de las compañías y de los ámbitos donde se desarrollan. 
Trastorno del comportamiento: manifestación de una conducta inadecuada a la realidad de la persona y del contexto en el que se produce.
Dicho en otras palabras, toda cultura (familiar, comunitaria, nacional) genera normas, las más de las veces tácitas e inconscientes. Su transgresión produce diferentes grados de discriminación como “a-normal”.
Toda actividad del sujeto o de un grupo leída por la cultura circundante como in-adaptada a sus patrones definitorios puede ser considerada así un “problema de conducta”.

Componentes de la conducta
Para que se realice una conducta debe existir una necesidad de acción, que motiva e impulsa a la conducta y el cognitivo o estructurante, cuya función es conocer organizar datos obtenidos de la realidad aspectos  que permanece unidos permanentemente e influenciando uno sobre otro.

Características de los alumnos con problemas de conducta
En general son alumnos que tienen fallos en su socialización, porque su conducta es inadaptada y desviada para lo que se espera en su edad, sexo y estatus social.
Son alumnos que se caracterizan por:
a)    Inhabilidad para aprender
b)    Inhabilidad para mantener relaciones interpersonales gratificantes con el profesor y los compañeros.
c)    Conductas y sentimientos inapropiados.
Estos alumnos presentan una variedad en exceso y, además, crónica, de conductas tales como impulsividad, agresividad, depresión y retraimiento.

Otros rasgos que suelen presentar son:
  • Retrasos; es decir, demoras en la ejecución de las tareas, de modo que no cumplen los plazos.
  • El sujeto se vuelve malhumorado, irritable o discutidor cuando se le pide algo que no quiere hacer.
  • Parecen trabajar de un modo deliberadamente lento o hacen mal las tareas que realmente no quieren hacer.
  • Protestan sin justificación por todo aquello que no les apetece.
  • Evitan las obligaciones pretendiendo que "las han olvidado".
  • Se resisten a las sugerencias útiles del profesor y de los compañeros para ser más productivos.
  • Malogran el esfuerzo de los demás al enlentecer la parte de trabajo que les corresponde.
  • Critican y se burlan tanto de los profesores como de sus compañeros productivos.
AGRESIVIDAD
El término agresividad hace referencia a un conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con intensidad variable, incluyendo desde la pelea física hasta los gestos o expansiones verbales que aparecen en el curso de cualquier negociación.
 En la persona concreta puede manifestarse en cada uno de los niveles que integran al individuo: puramente físico, emocional, cognitivo y social. Su carácter es polimorfo.
Implica provocación y ataque.  Como adjetivo, y en sentido vulgar, hace referencia a quien es “propenso a faltar al respeto, a ofender o a provocar a los demás”.
La agresividad presenta elementos de ataque y retirada. Por ello se implica con otras conductas de autoprotección. Amenaza, ataque, sumisión y/o huída, se presentan muy asociadas en la naturaleza.
La calificación conductual de la agresividad.
El grito, el golpe, la manifestación agresiva completa está vinculada fisiológicamente a la parte expiatoria de la respiración. Lo que es una contracción corporal se vive como una expansión en el espacio personal. Las manifestaciones de la alegría, como la carcajada o el canto, se manifiestan asimismo en esta dirección, desbloqueadora, liberadora.
La agresividad puede manifestarse con carácter puntual y reactivo a frente a situaciones concretas, de manera más o menos adaptada. Se habla de personalidad antisocial cuando este patrón de conducta tiene una manifestación preferente a lo largo de la vida.
Desde un punto de vista psicológico concreto resultan de especial utilidad los autorregistros.
La agresividad como tendencia inconsciente y primitiva con la que se nace, sería modulada e interiorizada socialmente a lo largo de la vida pero singularmente en la infancia.
El tratamiento de la agresividad en un niño, en los casos que sea persistente su conducta agresiva, debe estar sometido a un profesional especializado. El tipo de tratamiento que se utilizará dependerá del resultado de la evaluación que se haga. Lo primero que harán será identificar, a través de observaciones, charlas y entrevistas, los antecedentes (causas y reacciones a la frustración) y los consecuentes (qué es lo que gana con la agresión) del comportamiento agresivo del niño.
 Teniendo en cuenta de que la conducta agresiva de un niño es un comportamiento aprendido y como tal se puede modificar, la intervención de los padres bien como de los profesores es muy importante. El castigo físico no es aconsejable en ninguno de los casos porque sus efectos son generalmente negativos: se imita la agresividad y aumenta la ansiedad del niño. Si nos empeñamos en cambiar la conducta agresiva de nuestro hijo, y mantenemos la paciencia y la perseverancia, seguramente solucionaremos el problema.

Consejos contra la conducta agresiva infantil
  • Identificar el tipo de conducta, es decir, qué es lo que nuestro hijo está haciendo exactamente. Hay que ser objetivos y específicos en la respuesta. Si el niño patalea, grita, o de que forma expresa su agresividad.
  • Apuntar diariamente en una tabla, y durante una semana, cuantas veces el niño aplica la conducta de agresividad. Anotar qué es lo que provocó el comportamiento. Con lo cuál será necesario registrar los por qué y las respuestas. Apuntar también en qué momentos los ataques agresivos son más frecuentes.
  • Elegir dos objetivos para modificar la conducta: debilitar la conducta agresiva y reforzar respuestas alternativas deseables existentes en el repertorio de conductas del niño o en la enseñanza de habilidades sociales.
  • Cuando esté determinado el procedimiento que utilizará, poner en práctica el plan. Debe continuar registrando la frecuencia con que su hijo emite la conducta agresiva para así comprobar si el procedimiento utilizado está sendo o no efectivo. Informar del plan elegido a todos los adultos que formen parte del entorno social del niño. Mantenga una actitud relajada y positiva y notarás los progresos. Al final, todos se sentirán mejor.

DESOBEDIENCIA
A veces, se observan  conflictos frecuentes y son un patrón en la forma de interactuar padres e hijos. La desobediencia puede ser debida a una variedad de causas. En ocasiones, es debida a que los padres esperan una respuesta irracional por parte de sus hijos. O puede estar relacionada a un trastorno del temperamento del niño, o a problemas escolares, estrés familiar, o conflictos entre sus padres.
 En algunas ocasiones, estos niños han demostrado a lo largo de su crecimiento, un patrón persistente de desobediencia, comenzando en sus primeros años. Ellos resisten la autoridad de los padres, desobedeciéndolos. Pueden ser tercos en decirle a sus padres NO cuando le piden hacer algo. En muchas ocasiones, este comportamiento se presenta solamente en la casa; en otras, es un patrón  que se presenta con todas las figuras de autoridad (maestros, nanas, abuelos). Por supuesto, esta última situación es más preocupante.
En otros casos, quienes generalmente son cooperadores y agradables, pueden ser súbitamente irrespetuosos y desobedientes durante la mitad de su niñez. Esto es una señal que están experimentando un nuevo estrés se está presentando a su alrededor como abuso o falla escolar.
Algunos niños tienen una larga historia de estar fuera de control y carentes de cooperación. Esto es un problema muy serio. Cuando los niños han estado desobedientes por largos periodos, sin querer dialogar y tienen arranques en contra de sus padres y otros; es señal que existe un conflicto y desorganización con la familia entera. Puede incluir un castigo severo y problemas en la relación familiar, incluyendo la agresión física entre los miembros de la familia. Los niños pueden desechar la autoridad de sus padres, sintiendo que su mamá y papá desaprueban no solo su comportamiento, sino también a ellos como personas. Así, aprenden a estar infelices con ellos mismos, y su autoestima puede deteriorarse enormemente. Gradualmente, si la relación familiar continua deteriorándose, estos niños persisten y se incrementa su enojo, tristeza, hostilidad y agresividad.
Muchos niños desobedientes no comunican sus razones para estar enojados o inconformes, o sus padres son incapaces de entender que están tratando de expresar. Esta ruptura en la comunicación se presenta si el niño no está recibiendo suficiente atención de sus padres, probablemente debida a que la preocupación de sus padres está centrada en sus propias vidas, carreras y problemas.
Muchas familias que tienen niños desobedientes recurren al abuso físico como una de sus técnicas para disciplinarlo, pero el castigo físico lleva a mayor comportamiento agresivo por parte del niño, y un círculo vicioso se establece. Los niños que crecen en éste ambiente están expuestos a problemas durante toda su vida con la relación interpersonal y las autoridades.
Como padre, tiene que tener en mente que el periodo intermedio de la niñez, es un periodo vulnerable de la vida. Los niños jóvenes que están en la edad escolar son egocéntricos, pensando que todos los sucesos que se presentan alrededor de ellos tienen que ver con ellos. Por ejemplo, en las familias en que existen conflictos maritales, los niños malinterpretan esos problemas, concluyendo que ellos han estado equivocados, y han disgustado a sus padres. En el proceso, su autoestima baja y se vuelven vulnerables para reaccionar en forma inapropiada para los sucesos a su alrededor.

IMPACIENCIA
 Intranquilidad producida por algo que molesta o que no acaba de llegar. En el paso de los menores es usual observar cierta impaciencia cuando no pueden lograr los que se proponen en primera instancia. "Los niños se frustran con rapidez y se avergüenzan de sus dificultades cuando son conscientes de que sus compañeros de clase leen con fluidez", indicó Lyon en su artículo "Desarrollando las destrezas de lectura en los niños".
Problemas de conducta, deserción escolar y desinterés en seguir estudios universitarios, son algunas de las consecuencias directas de las dificultades de lectura, según indican los expertos.

ANSIEDAD
El trastorno de ansiedad generalizada es una de las tres enfermedades psiquiátricas más comunes en los niños y adolescentes. Su tasa de prevalencia en estas edades se encuentra entre el 4,6 y 7,3%, según la edad.
La importancia de este descubrimiento se incrementa si se tiene en cuenta que, tal y como indica el estudio, estos tres trastornos de ansiedad, que pueden manifestarse conjuntamente, provocan una fuerte angustia, reducen sustancialmente su calidad de vida, e interfieren en su proceso de aprendizaje y de desarrollo social.
Por otra parte, una infancia con trastornos de ansiedad puede significar una vida adulta con trastornos psiquiátricos. Y estas alteraciones también suelen ir asociadas a más altos niveles de dependencia del alcohol y del tabaco, así como del abuso de sustancias.

1 comentario:

  1. ESTOS TEMAS ESTÁN INTERESANTES YA QUE TODOS TENEMOS EN LA ESCUELA ALGÚN PROBLEMA RELACIONADO CON LA AGRESIVIDAD, VIOLENCIA O LA ANSIEDAD ENTRE OTROS. FELICIDADES BUEN TEMA!!!

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